Cómo sanar las heridas emocionales de la infancia
mayo 3, 2024
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Todos tenemos heridas que provienen de nuestra niñez, sobre todo de la relación con nuestros padres. Si quieres descubrir cómo sanar cada una, primero debes entender qué y cómo se originaron y en el blog de la semana te comparto algunas claves para liberarte de ellas.
Cómo sanar la herida de abandono
- Explora tus experiencias pasadas: Examina cómo estas experiencias han afectado tu vida y tus relaciones.
- Aprende a aceptarte a ti mismo/a tal como eres: con tus imperfecciones y vulnerabilidades.
- Trabaja en la confianza: Trabaja en desarrollar la confianza en ti mismo/a y en los demás a través de pequeños pasos y experiencias positivas.
- Establece límites saludables: Esto puede incluir aprender a decir «no» cuando sea necesario y alejarte de personas tóxicas.
- Practica el perdón: Considera la posibilidad de perdonar a aquellos que te hayan abandonado en el pasado. El perdón no significa olvidar lo que sucedió, pero puede ayudarte a liberarte del resentimiento.
Cómo sanar la herida de traición
- Entiende la traición: Trata de comprender por qué ocurrió. Aunque esto no justifica el comportamiento del traidor, comprender puede ayudarte a procesar y sanar.
- Aprende a confiar de nuevo: La traición puede afectar tu capacidad para confiar en los demás. Trabaja en reconstruir la confianza en las relaciones futuras, pero hazlo de manera gradual y estableciendo límites saludables.
- Trabaja en el perdón: El perdón no significa olvidar lo que sucedió ni justificar su comportamiento, sino liberarte del peso emocional que llevas contigo. Recuerda que perdonar no es necesariamente reconciliarse con la persona.
- Haz las paces contigo misma: Es posible que te culpes por haber sido traicionada. Recuerda que no es tu culpa y que mereces amor, respeto y la autocompasión.
- Resignifica la experiencia: Intenta encontrar un sentido o un propósito en la experiencia de la traición. Esto puede ayudarte a crecer como persona y a encontrar fortaleza en tu capacidad para superar desafíos difíciles.
Cómo sanar la herida de rechazo
- Trabaja en la autoestima: Reconoce tus cualidades y fortalezas, y recuerda que el rechazo no define tu valía como persona.
- No te tomes el rechazo como algo personal: A menudo, tiene que ver con las circunstancias o las preferencias de la otra persona. Trata de no tomarlo como un juicio sobre tu valía personal.
- Busca apoyo: Hablar sobre tus sentimientos y experiencias con alguien de confianza puede brindarte una perspectiva externa y ayudarte a procesar tus emociones.
- Aprende de la experiencia: Utiliza el rechazo como una oportunidad para aprender y crecer como persona. Reflexiona sobre lo sucedido y considera qué lecciones puedes aprender de esa experiencia.
- Trabaja en la aceptación: El rechazo es parte de la vida y todos lo experimentamos en algún momento. Acepta las cosas que no puedes cambiar y enfócate en lo que sí puedes controlar, cómo tu actitud y tu respuesta ante la adversidad.
Cómo sanar la herida de humillación
- Recuerda tu valor: La humillación puede hacer que te sientas menospreciada o menos valiosa como persona. Tu valor como individuo no está determinado por las opiniones de los demás. Reconoce tus cualidades y fortalezas.
- Reconstruye tu narrativa interna: Examina cómo te defines a ti misma y qué papel juega la humillación en tu historia personal. Reconstruye una narrativa interna basada en la resiliencia y el crecimiento, enfocándote en tus fortalezas y logros.
- Practica el empoderamiento: Establece metas personales y profesionales, participa en actividades que te hagan sentir competente y toma el control de tu vida.
- Cultiva la compasión por los demás: Reconoce que las personas que humillan a otros a menudo están lidiando con sus propias inseguridades y miedos. Libérate del resentimiento y encuentra paz interior.
- Aprende a lidiar con situaciones difíciles: con técnicas de respiración o practica la gratitud para enfocarte en aspectos positivos de tu vida.
Cómo sanar la herida de injusticia
- Procesa tus emociones: no reprimas la indignación, la ira, la tristeza o la frustración. Permíteles salir de manera saludable, ya sea hablando con alguien de confianza, escribiendo en un diario o practicando la meditación.
- Reconoce la injusticia: Identifica y reconoce las injusticias que has experimentado. Valida tus sentimientos y reconoce que la injusticia existe en el mundo.
- Toma acción: Participa en actividades para alzar tu voz en contra de la injusticia o apoya organizaciones que trabajan por la equidad y la justicia.
- Encuentra significado en la lucha: Reconoce que tu voz y tus acciones pueden marcar la diferencia y que estás contribuyendo a un mundo más justo y equitativo.
- Educa y sensibiliza: Comprender el contexto más amplio de la injusticia puede ayudarte a procesar tus sentimientos y encontrar formas efectivas de abordarla.
Si te identificaste con una o más de estas heridas, es necesario que sepas que cada una puede ser sanada; busca un experto que pueda ayudarte a recuperar tu vida y felicidad para lograr relaciones más sanas y profundas.
Gracias por leerme.
Te mando abrazos con mucho cariño.
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