Esta semana, en México, Estados Unidos y varios países latinos celebramos a mamá. Y hemos aprendido que no existen las mamás perfectas, cada mujer vive la maternidad de manera diferente, única y especial. Y es importante reconocer que existe una enorme diferencia entre las mamás que vemos en redes sociales y la vida "real", sin poses y en el día a día.

La maternidad real está llena de momentos increíbles pero a la vez retadores. En la vida de una mamá todo puede pasar, pues los niños son impredecibles, especialmente en las etapas en la que están aprendiendo a conocer y manejar sus emociones.

Hay desvelos, cansancio, ojeras, cabello despeinado, camas sin tender, cocinas desordenadas, ropa con manchas y juguetes por toda la casa. La mayoría del tiempo la maternidad es, lo que diría una mamá real, un “hermoso e impresionante caos”.

Tengo varias amigas que son mamás y que siguen cayendo en compararse con lo que ven en Instagram o con las otras mamás que conocen. Y algo que puedo resumir de todo lo que me han contado y he podido ver, incluso con mi madre es:

Mantén expectativas reales de la maternidad, con sus altas y bajas. 

Es un camino en el que vives grandes alegrías, preocupaciones agobiantes, en el que exprimes hasta el máximo tus capacidades, adquieres nuevas habilidades y vives motivada y agotada al mismo tiempo. Sin embargo, lo que le pone la cereza del pastel a esta experiencia es el amor infinito que encontrarás en la mirada de tus hijos.

Ten la seguridad, en el fondo de tu corazón, que haces lo mejor que puedes con lo que tienes. No seas tan dura contigo misma, mantén tus expectativas realistas, reconoce y celebra tus pequeños y grandes triunfos en tu labor como mamá.

Nadie más podría hacer el hermoso trabajo que haces con tus hijos. La perfección no existe y de corazón te felicito, porque lo estás haciendo muy bien.

Si eres mamá, espero que estas palabras te lleguen al corazón y sean un motor más para priorizar tu cuidado y amarte mucho. Y si tienes una mamá en tu vida, compártele este blog para que nunca deje de practicar el autocuidado.

Gracias por leerme y ¡feliz vida mamá!

Te mando abrazos con mucho cariño.

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