La gratitud es más que una actitud espontánea, es una elección y cuando estás atravesando por un momento de vida complicado, la gratitud es resultado de una elección libre y consciente de tu corazón de decir ¡gracias! por lo que sea que estés pasando.

 

Existen 3 realidades ante las que no es fácil expresar gratitud, pero aplicarla puede realmente transformarte. Veamos cuáles son:

 

Agradecer lo que te genera incomodidad

Hay situaciones de la vida que te pueden generar tristeza e inconformidad, que quieres rechazar o ante las cuales lo primero que viene a la mente es quejarte.

 

Sin embargo, elegir la gratitud como un estilo de vida implica una elección consciente. Puedes elegir ser agradecido aún cuando tus emociones o tus sentimientos estén llenos de dolor o incluso de resentimiento,

 

Puedes elegir agradecer cuando te critican, puedes dar gracias por tu vida o por las personas que se vuelven tus maestros de vida; cuando tu mente quiera irse a la queja o a decir algo contra una persona cuya relación contigo no es la mejor, agradecer puede suponer un gran esfuerzo, pero si quieres vivir en gratitud, contra viento y marea, lograrás cambiarte el chip.

 

Agradecer las dificultades

Cuando pasas por un proceso difícil, doloroso, por una pérdida, algo que te quiebra, lo que menos quieres es dar gracias, porque de inicio puedes pensar que solo hay que agradecer lo positivo, lo valioso, lo que puedes recibir como un regalo. 

 

El dolor puede ser un gran maestro, puede tener grandes lecciones para tu vida que te lleven a hacer cambios profundos que te lleven a una gran felicidad. 

 

Agradecer lo que no nos gusta

Es curioso observar la cantidad de tiempo que puedes dedicar a pensar en lo que te gustaría que te pase o en lo que no tienes.

 

Con frecuencia puedes ver que una persona desea lo que tiene la otra y viceversa, pero aunque esa persona logre conseguir lo que tiene el otro, la realidad es que cuando ya lo tiene, tampoco se siente satisfecho la mayoría de las veces. 

 

Como te he compartido otras veces, vivir desde la carencia, desde lo que te falta, desde lo que no tienes, deseando lo que tienen o hacen los demás nunca te hará feliz.

 

Aprovecha cada oportunidad que tengas para manifestar gratitud.

 

Por tu familia, por tus amigos, por tu equipo de trabajo.

Por cada mañana que ves la luz del sol.

 

Por cada saludo que recibes.

 

Por tu trabajo, donde puedes poner al servicio de los demás tus dones y talentos.

 

Por cada minuto que puedes compartir con quienes amas.

 

Porque puedes caminar, tomar el autobús, ir en coche a donde quieras.

 

Atrévete hoy a dar gracias por todo lo que puedas, “vístete de gratitud” cuantas veces puedas y así será un hábito para toda tu vida.

 

¡Gracias por leerme! Y recuerda que compartir esta información, puede mejorar la vida de alguien más.

 

¡Te mando abrazos con cariño!

 

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